25 de octubre de 2018

Vitamina punzón

Extraño dulces hasta nunca. Enaltécenme hacia el silencio y de ahí, vital introyección hacia el espejo.
Pendulo en ser y no saber ser.
Tengo hambre de enjundia. Necesito dolor.
Oxidado por sonrisas no sé expresarme. Triste soy Dios.

La rueda que gira mi mundo

El placer de no saber qué viene después es una versión mejor acabada, y más rabiosa aún, de mí. Alcanzo calma desgarrando el honor y acariciando la giba de esta bruma-incertidumbre que me mantiene sediento.
Y aún cada desazón sobre tu hombro izquierdo es una nueva y diaria cocción sobre mis jugos, una hemorragia de falta, es mi pulsión de muerte (la que trae mi culo hasta aquí-ningún-donde)

espiral

Varias propuestas para cruzar el río  cerca del mediodía se decide arriesgar el paso  El problema más agobiante  es voluntario, por supuesto...