28 de agosto de 2017

No se juega con eso

Sánchez de Bustamante. Sol que traspasa la ventana y yo, con las piernas cruzadas, contándote mi yihad de todos los días. ¡Por esta vez fuiste tan dulce!
Así lo quisiste vos, yo hubiera preferido más cautela de tu parte. Es que siempre tan cordial que me entra la duda si esas miradas plagadas de sarcasmo es sólo una devolución, un contraataque o solo alguna gentileza desinteresada.
Que lleve el agua para mi cauce. ¡Vaya consejo! Si, el gato al agua, nene. ¡Nene!... dejaste diminuto mi metro ochenta y cuatro, bruja. Te me planté sin mucho dicho, ¿adónde me querés pegar?
Probablemente escape una y otra vez de escenas similares, no me gusta tanto halago. Después de ello, ¿cómo sigo? ¿Será que rescatás algo especial en mi panacea? No es la edad, es la forma de ser. Respondiste a mi drama, borrando de él cualquier excusa mía. Pero es drama para mí, néctar para vos.
No me consumas tan rápido...

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