30 de noviembre de 2017

Lobizón, lobizónnn

Me preguntaba, en uno de esos odiosos rituales a solas, sobre ese lobo lleno de mañas en lugar de pulgas. Será que por momentos la estepa abre paso al anhelo de trópico.
Lobo suelto en cadenas arrojaban las aguas de algún lago algún. Jadeando lo ví; Lobo conoce ya el blanco paisaje cegador, y es tan plano que no deja lugar ya para más horizonte.Y sin embargo, camina. Ya ni gruñe ya.
Lobo, solías ser la guía. Tus aullidos eran cualquier idioma, un eco enmudecido; de nadie, pero solías serlo. ¡Ibas tan lejos! Siempre a tu amado frío norte. Frío.
Lobo, tus mañas. Rasquesé no mucho.
Lobo, tu muerte es presagio de cada dia, en especial de mañana. Quizás te crean, pero tan estoico...
Lobo, solías saber tanto de jaurías que los aullidos ya no escuchabas. Suele no haber peligro alguno.
Lobo, no perdiste tu olfato pero ya no andas oliendo culos.
Ya, Lobo, que poco merece tu oído. Ya.
Lobo que te sentabas a llorar la aurora boreal para soñar alguna maravilla.
Lobo, corrías viejo la juventud que aún te sigue. ¡Muerda, Lobo, muerda!
Lobo que no te gustan las lamidas, tu ladrido es música cuando querés. No todos los canes oyen bien.
Lobo, jóven veterano, dejá a los tuyos llorar tu andanza. Quizás tus huellas al norte no lloren, tal como inmundamente te llenaste de súplicas.
Lobo canoso, dejá para adelante.
Lobo, tus mañas. Demasiado te has carcomido.

16 de noviembre de 2017

¿Y ahora para dónde?

Ahí va, con un dardo que tira con toda su energías y resulta que no alcanza ni para despeinarla. Más fría que el hielo, duele, ¿no? ¡Qué va a ser!
Pero fue, con la pared de frente y el corazón pendiendo de un hilo, sangrando y chillón, buscando consuelo. Utópico, no cabe otra palabra.
Atrás quedó, atrás quedó ese polvo que parecía nube. Al parecer no dolió mucho, aunque acá seguro que sí. Y seguía en la misma, porque esa casualidad buscada, ese momento volente de eternidad, pegó disímil en los lados. Fue menguando y fue creciendo. Pero eran una parada más de dos viajes lejanos, siguió vuelo (sabía de planear bajo y remontar) y siguen sin avisparse de una vez.
Y en cambio hay otras, las más dolorosas, que son, paradójicamente, las más dulces, que azotan. Eso sí, estoy seguro que alguna historia merece todo esa masa inerte de amor que el éter terminó de finiquitar, que toda esa papa puede volverse palabra y zapar algo, qué sé yo. Un llanto vis a vis quedó en el tintero, puedo oler sal. Estoy seguro que puede llover y llover y eso queda ahí, poco de ello puede ser lavado, arrancado. Estoy seguro que se deben una mirada. Los ví, y mientras estuvieron había de qué. El pez muere por la boca, aunque llegó a balbucear toda su dulzura alguna que otra vez; el pájaro sigue su vuelo hacia el sol, quizás corriendo la alcance... ¡Cielo! ¡Que ahí te va uno de ellos!
Sigo soplando por él, el más precioso de los alados, el más dulce e inocente que haya por estos pagos. Hacele ameno su horizonte, que su utopía yazca en paz, lejos, así puede llegar lejos. Ya iluminó alguna noche, ahora te cruzará cruzando el cielo vos, estacado él, haciendo alarde de lo que los unió. Que el candor proteja de lo perverso. La casualidad está a la orden del día, y aunque sean sus ruinas viniendo, lo vi a él poner el pecho. Mejor dicho, ¡hasta pronto!

4 de noviembre de 2017

¿Y qué hacemos, Mingo, ahora?

Y a ver qué tal ese maldito traje, el de ridiculez... Ese putísimo traje me queda tan pintado hace tiempo. Solo la pregunta llega tarde, otra vez más. Ya hasta cansado de cansarme.
Como buen samaritano, o en intento de ello, acepto servilmente mi pienso y no me pienso salir de la vaina, no. Hace tiempo no merezco una mísera muestra de dientes. Cuestión de méritos y yo me encargo de que no afloren, ciego obvio.

¿Y qué mentir? Aún no me alcanza para la purga, siempre cinco pal peso. Seguís ahí, ya no seda sino verduga.
Debería acotarme a lo que soy, resumirme al regalo que me posee y no buscar ser engullido (¡nací para eso, putamadre!)
-Es un mercado, no te olvides.
De nada a todo y de todo a nada... No hay más que un par de símbolos, debería madurarlo.
-Vos y tus parámetros de pacotilla...
Y bueno, ando como nene mostrando una cajita, ¡qué escenita del orto! Como si alguna vez me tiré al río, ¿en qué me vi, loco?

-Sí, la indiferencia otra vez. Bah, siempre la hubo, y por ella he yo así.
Y sí macho, ¿qué esperás? Cambios no merecés, tu temple no merece seda. O falseás, que alguna sortija vas a ligar, o hacete el traje a medida.

-Que agradable hora para palazos, la concha de tu madre. ¿Por qué no viniste a bailar y a tirar un par de muecas como siempre? Total nunca compartís nada, siempre perro viejo vos eh. ¿Ya olvidaste tus sueños? ¿Ni a vos te creés?
Naaa, mirá hasta el puto lugar al que arrastré el orto. Ahora levité. Alguna maldición voy a largar, solo eso.

¿Si añoro? ¿Tiene algún valor la mentira? ¿Cuánto te dura la entereza poronga esa que te arranca un solo ladrido y se te acaba la nafta? Je. Ambos nos conocemos. Es más, nos parecemos... Salvo que el que pone la cara siempre es el más boludo de los dos, el más precipitado.

Esos paisajes... Putas plazas, calles, escenas. Bah, todo mal menos yo, je. Tonto... Te perdiste la vida, loquito. Se te veía el brillo en los ojos, siempre lo supimos. Era tu vida, que ningún parche te embauque. Le jugaste todo al drama, te quedaste sin balas de plata, eso es todo. Todo imperdonable, claro.
-A ver si caés, ni pasaste por la ruta y te ganaste una seda, hermano. ¡Mirá vos! ¡Ahora llorás por los rincones! Si yo te digo que nunca más, entendés a cuál de los dos me refiero, ¿noejasí?
-‎Eso creo. Pero no me gusta el azúcar, menos en el oído.
Tirás chascarros también ahora...
-Ajo y agua, no es más que un oído, boludo. A vos te arde... y a mí también, je.

-Terminá ya, ¿querés? Si de algo sirve o no, terminá, qué se yo. Sabés que esto no termina acá, que es unas piñas por días la cosa, pero bancame.
Algún solaz ya va a menguar toda esta sangría.

espiral

Varias propuestas para cruzar el río  cerca del mediodía se decide arriesgar el paso  El problema más agobiante  es voluntario, por supuesto...