1 de febrero de 2019

Entramado

Mens sana, corpore insano. Función corta.
Corpore sano, mente nunca encontrada.
Historia de adultos, problemas de infancia tardía.
Historia de infantes, adultez sumida en podredumbre.
Excepcionalidad y regocijo, solo roce y tangente.
Volátil, perdurable.
Perdurable, ancla.
Legado, preparate para poco.
Banal, yerba mala nunca muere.
Puño cerrado, llagas en las manos.
Chau, liviandad cítrica.
Muchedumbre, nadie.
Soledad, siempre dos.

Con descaro...

Lo peor de la diversión es perseguirla y así poder mirarla desde adelante. ¡No deja nada!

Palabras más, palabras menos

Expiado de mí, exiliado a microdosing. De buenos días a días buenos, pero no todos y es ése el dolor. Quedan crepitando aquellos días de vagabundos bienestares en paredones y umbrales de sodio, nadie supo de las logias entre mis combustiones.
De la verdad a mi yo mentiroso, de mi vergel a mis yemas curtidas en tinta onírica y en erozonas que atrapan desde lunares que piensan. De lo más desconocido a mi yo más lindo en una esquirla de ánimo. Soy un péndulo de arena, nunca cojo forma, ya todos la conocen.
Como una cebolla me luzco, conmigo es un placer llorar, y más aún ser voyeurs. Pero ¡ojo!, pocos vieron mis dientes. Piano a piano, cada novedad lo es hasta desollarme. No hay mejor delirio que ir al cuchillo buscando cuero. ¡Cuántos buracos nuevos!
Mis palabras solo chispean bajo la deseosa pesadumbre. Mi andar, siempre triste.

espiral

Varias propuestas para cruzar el río  cerca del mediodía se decide arriesgar el paso  El problema más agobiante  es voluntario, por supuesto...