—¿Y en qué podría pensar que no fueses vos, querida?
—¡Que no necesito tanto para sentirme orgullosa! Preferiría saberte dormido.
—También pienso, sabés, en ese raro asunto nuestro.
Me pareció que se ruborizaba.
Varias propuestas para cruzar el río cerca del mediodía se decide arriesgar el paso El problema más agobiante es voluntario, por supuesto...
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