Para no hablar de viento, deben ser las marcas visibles. No hay arte en lo azaroso sin lágrimas en un papel, como no hay andanza sin recular, como no se aprende a nadar sin haber buceado en la sensación de ahogo.
Sentir es una mezcolanza: buenos instantes muriendo lentamente en la cinta y maldades de cien prosas repitiéndose insoportablemente en ella.
26 de abril de 2019
Latigando
25 de abril de 2019
Supino
La añoranza de una noche es para un alma con dolor, más no con arrepentimiento.
La revancha, un plato que nos declara irónicos: no ver el gesto culpable de los días nones. La grandeza no es sinó camino, cuya culpa reposa en la palma de una mano y cuya estocada final no es más que falta de días para gozar de su holgura.
La fantasía de poder volver es aquella misma alocada que da el paso siguiente hacia lo nuevo ya leído.
18 de abril de 2019
Frutos de estación de tentación
Ví viejos haciendo caramelos y también los he visto detestando a los gallos; ví desesperanzados simulando, porque eso es vivir, y hacer ameno el conteo de cuántas aceitunas van quedando en el tarro no es otra cosa que heroísmo; ví cohetes sambar al son del no y fumar desacatos que llenan buracos de muros que ansían conocer lo bajo.
Fue lo más mundano ver las sonrisas no oler la maldad ajena y las rarezas de las causas nobles, la inocencia de un regalo y la ilusión de terminar la vuelta siendo aunque sea una gana.
La sensación más mía fue no entender nada.
15 de abril de 2019
Verdes y sin ideas
Las plazas están lejanas para los arrumacos de hoy.
Solo quedan kibernetes de opacos devenires, ya no hay vergeles pasatiempos.
4 de abril de 2019
Combustionando
Soñaba con despertar en donde nos separase un vidrio hecho de mundo que haga que el extrañamiento no tuviese remedio, llevar las cosas a un nivel de irreversibilidad acuciante; soñaba vivir un mapa a descubrir, vivir un juego sano; soñaba despertar igual de acongojado ante el biensentir; soñaba hacer uso del regalo que me habían dejado los jovatos: esa puerta de escape todoceleste, sobrevolando mareos y presagiando extrañezas.
Soñaba ser, caído ya del árbol, un creador nunca creado, un ser sin razón de ser. Soñaba ser canciones aún por bailar.
3 de abril de 2019
2 de abril de 2019
Tiempo de autotraicionados
De la siesta primera al escupitajo más fiero. Luego acaeció la desgracia de ver jetas, ¡qué crudeza!
Enseguida, lo peor de la días: la traición, un vicio (¡tu vieja ya no es tuya!, y de ahí para abajo...) Fue entonces cuando conociste lo caras que son las reversas. Si no son únicos, ¿para qué seguir? Si los amigos son peligrosos y las prohibiciones tentadoras, ¿por qué siguen en toque de queda? Te enterarás, ya, que todo ha sido inventado. Solo es una cuestión de goce, si de trampa se hizo la ley.
Rápidamente aprendiste a hablar, a leer y también la necedad de escuchar, conociste lo sucio. Aprendiste el valor de la palabra, su filo hasta el hartazgo, y también que la diversión está en el descaro, y que siendo bueno en ambos, solés sufrir la plácida bronca de ser inocente, incluso a pesar de tu apatía.
Aprendiste lo que Carloncho musitó al mundo: ¡cuanto más caro, más salpicado de mierda, mierda!
Al mirar por la ventana no verás más que una rueda de amagues infinitos. Ratas corriendo por tener qué llorar, algo con lo que ocupar horas, lo más caro de toda la bola.
No será, entonces, soberbia, sino respeto con lo que el codo no puede borrar. Miedo a la falta, te tenés miedo a vos mismo.
Podrían ignorar hasta que el aburrimiento hace lo suyo, pero los bisturís son boomerangs (¡toda mierda llueve!). Y vos allí, en perpetua espera de novedades, en aras de aprender la paz a cada paso, a cada despertar.
Hiciste de la tristeza un kioskito para sentirte, un rincón para re-conocerte, un golpe para rehacerte.
Si el más serio tampoco logró nada, ¿quién te envío a pensamiento? Si viniste solo y lo peor es estar mal acompañado, ¿a quién vas a comprarle aire?
Hay solo pantomimas y la seriedad es una de ellas. Mejor viví en perpetua despedida, como te tocó venir.
espiral
Varias propuestas para cruzar el río cerca del mediodía se decide arriesgar el paso El problema más agobiante es voluntario, por supuesto...
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Cómo no buscarte si te pensé vacilando en algún mar profundo por la noche, y ya insomne no encontré calma hasta tu caricia. Cómo no buscart...
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como indios sentados como gitanos esperan mueven sus manos mueven como qué intentan quizás marear al ocaso bajos bajo lo que les oprime que ...